La actitud que tomemos frente a una situación condiciona
completamente el desarrollo de la misma, el humor en este caso nos permite
manejarla de manera beneficiosa para nosotros como profesionales así como para
las personas que estén involucradas.
El poder de la sonrisa
Antes de cruzar la puerta me dibujo una
sonrisa, dejo parte de mí fuera para dedicarme a las personas que voy a
acompañar. Este gesto es vital en mi trabajo ya que los sentimientos se
perciben y se trasmiten, y si lo que quiero es transmitir optimismo no puedo ir
cargada de problemas y preocupaciones. Esta actitud positiva a la vez me ayuda
a reaccionar con creatividad delante de las posibles adversidades.
Esta actitud no solo nos ayuda a empezar cada jornada con
entusiasmo, sino que también resulta muy útil para tomar una postura asertiva y
mostrar confianza en nosotros mismos. Se convierte en un estilo propio que a su
vez disminuye las ocasiones en las que pueden aparecer conflictos agresivos al
evitar una actitud más dominante o autoritaria.
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